Lentamente retorna la normalidad al norte de Chile tras el terremoto 8,2 grados que afectó a miles de compatriotas distantes de nuestras tierras. 

Sin embargo, toda la comunidad valdiviana y de la región no mira con idiferencia tales sucesos que remueven brutalemente nuestro entorno físico, psicológico, laboral, familiar... en fin.

Anoche los habitantes de las comunas costeras de la región de Los Ríos, sacaron sin duda, una de las peores partes: vivir la incertidumbre. Experimentar que lo que es para ellos su fuente de trabajo, el mar, pudiese arrasar en mayor o menor medida con su trabajo, esfuerzo y sueños.  Afortunadamente, nada ocurrió, más allá del sobresalto.

El terremoto del 22 de mayo de 1960 fue percibido en diferentes partes del planeta y produjo un tsunami (en ese entonces conocido como maremoto) —que afectó a diversas localidades a lo largo del océano Pacífico, como Hawái y Japón— como la erupción del volcán Puyehue —que cubrió de cenizas el lago homónimo—.

Se estima que la catástrofe costó la vida de entre 1655 y 2000 personas, y dejó damnificados a más de 2 millones.

La zona más afectada fue Valdivia y sus alrededores. En la ciudad alcanzó una intensidad de entre 11 y 12 grados en la escala de Mercalli. Gran parte de las construcciones de la ciudad se derrumbaron inmediatamente, mientras el río Calle-Calle se desbordaba e inundaba las calles del centro de la ciudad.

Museo Virtual

Como una forma de mantener vigente la memoria, educarse y mantenerse informados se lanzó la página web que conmemora el terremoto más grande de la historia: museo1960.cl

El sitio ofrece la posibilidad de acceder a un recorrido en audio, que incorpora testimonios grabados de boca de los propios protagonistas del evento telúrico, junto a fotografías y recortes de prensa.

"Este museo virtual no sólo es un lugar donde encontrar antecedentes científicos de estos grandes fenómenos de la naturaleza, sino que también es un espacio para la reconstrucción de la memoria colectiva de nuestra región", dijo en su saludo la directora regional del Consejo de la Cultura, Lorenna Saldías.

Proyectos como éstos apuntan a relevar aquello que nos diferencia, nos identifica, nos pertenece.