Entre las cuestiones inmediatas que resuelve el Teletrabajo está la falta de control sobre los desembolsos que causa el mantenimiento de infraestructura y los ocasionados por la permanencia del personal en la oficina. Si bien es cierto, el Teletrabajo se acomoda mejor en unas actividades más que en otras, no cabe duda que reduce los costos fijos porque se requiere de menor espacio físico y con ello menores gastos de mantenimiento como son, entre otros: iluminación, calefacción, servicios higiénicos, aseo y conservación de mobiliario. Además, los costos de supervisión directa también caen porque con el Teletrabajo se puede supervisar fácilmente a un mayor número de personas que en la forma tradicional. Es sabido que en muchas oficinas los funcionarios abusan de ciertos beneficios o facilidades a las cuales tienen acceso: impresora, fotocopiadora y teléfono; esto lo resuelve el Teletrabajo ya que mediante esta modalidad es el mismo funcionario quien controla sus gastos y cuida del equipamiento de propiedad de la empresa llegándolo a sentir como propio. Por otra parte, reduce el riesgo de robos y el tráfico de personas externas a la oficina. Desde el punto de vista social el Teletrabajo también proporciona varios beneficios como lo es la descongestión de las vías de transporte y con ello la reducción de accidentes y asaltos durante el trayecto, así como también esto lleva a un menor impacto sobre el medioambiente y hacia una optimización del consumo energético. Es de esperar que el ambiente laboral mejore también, puesto que las relaciones interpersonales ocurren con menor frecuencia de manera presencial, favoreciendo el entendimiento a través del uso de las TICs. Así, la sociedad se desestresa y consigue un mejoramiento general de su bienestar. Por lo tanto, si consideramos que en Chile hay más de un millón de conexiones a Internet, se deben tomar las medidas necesarias para que el número de Teletrabajadores aumente mucho más allá de las 650 personas que señala el artículo.